Las personas con problemas auditivos adaptan su forma de comunicarse en el día a día para hacer frente a las limitaciones que le produce. Debido a esto, es importante que el entorno sepa vincularse con ellas y así facilitar la interacción.
Lo primero a tener en cuenta es tener la paciencia y la empatía necesaria para comprender a la persona con sordera, no forzarla a entender inmediatamente, repetir la frase si es necesario y no criticarla por su condición. Se debe crear un espacio de confianza para evitar cualquier tipo de presión.
Así también es fundamental captar la atención de quien tiene reducción auditiva, con el fin de alejar cualquier distractor como sonidos de televisión, de radio, de calle o de muchedumbre. Para lograrlo hay que iniciar la conversación nombrando a la persona y explicitar que se le va a hablar sobre algún tema.
Entre las medidas físicas que ayudan se cuentan hablar de frente a la persona y no cubrir el rostro con las manos o la ropa. En este sentido, tampoco es conveniente hablarles comiendo o haciendo sonidos externos con objetos como llaves o lápices.
Exagerar en el trato como acercarse demasiado o gritarles es peor, ya que la persona se siente disminuida y la dicción de quien habla cambia, dificultando la comprensión. Es conveniente usar palabras sencillas, a un ritmo natural, con buena pronunciación y a un volumen justo para que se efectúe la comunicación.
Cuando nota que la persona con problemas auditivos no está entendiendo lo que se le dice, mantenga la calma y pruebe técnicas paralelas. Si realizar gestos con las manos complementa el mensaje, utilícelos, pero en el caso opuesto solo conseguirá confundir a la persona que intenta escuchar. Además puede intentar con frases más cortas, pero más directas y consultar cada cierto tiempo si comprendió lo que oyó.
Todas estas consideraciones ayudarán a crear un ambiente más grato para quien sufre problemas de audición, interfiriendo en menor medida con las relaciones interpersonales que mantiene.
Sin duda, acercarse a un especialista que determine el grado de sordera a través de una audiometría, es el primer paso para cambiar la situación y mejorar la calidad de vida del paciente y de su entorno. Una vez que ya se estableció el diagnóstico puede acercarse a másaudio para definir el audífono adecuado que de solución a las dificultades auditivas.
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